Satisfacción

Cuando tener un amante se convierte en rutina

Pasion de mujer 427619

Descubre aquí las razones. Los amantes son sacudidos por una tormenta de sentimientos que atrapa y engancha sin remedio y de la que es difícil escapar. Riso sostiene que el efecto SPA de tener un amante relación, masajes, caricias, orgasmos, palabras bonitas, reducción del estrés, bloqueo de las preocupaciones por unas horas crea una adicción muy profunda. Pero son situaciones que idealizamos y sobre las que es esencial reflexionar para tener una perspectiva adecuada. Las razones para no ser el amante Cuando comenzamos una relación con una persona casada o con pareja, ya sea hombre o mujer, todo suele ser muy bonito y apasionado. En ese sentido es fundamental hacer una profunda reflexión en el momento oportuno para tener una perspectiva clara. Yo tengo claro por qué no voy a ser ni tu amante ni la de nadie y estas son mis razones: Porque has empleado conmigo los argumentos de una persona infiel. Porque no quiero llenar vacíos.

Amor tipo «Eros» La pasión y el sexo son importantes para las personas cuya forma de amar es «Eros» La forma de amar tipo «Eros» caracteriza a las personas que priman el sexo y la atracción física en una relación. Su relación suele ser pasional y carnal y no conciben una relación con una andoba que no les guste físicamente. A este tipo de personas les gusta seducir y ser seducidas a altitud físico. Priman el contacto visual, las caricias, el coqueteo y les gusta sentirse deseadas. También se fijan en cuestiones como el olor de las personas o si se cuidan o no a la hora de vestirse.

Tenemos que tener en cuenta que en una relación de infidelidad hay tres personas que pueden salir perjudicadas, por eso, tienes que ir con adicción cautela para actuar del mejor guisa posible. Amor prohibido Muchas veces, levante enamoramiento que sientes es totalmente episódico. Son los sentimientos incontrolables que aparecen a causa de esa sensación de fruto prohibido que en psicología se conoce con el término de alcance Romeo y Julieta. Esto es lo que suele ocurrir en un lío y es que, en estos casos, la amante se convierte en un objeto de deseo que termina por idealizarse y que hace que podamos perder totalmente el control. La boga Otra de las causas por las que te has enamorado de tu amante es porque es algo nuevo en tu vida. Normalmente, en la vida matrimonial, la rutina y la costumbre hace que la magia del amor y de la pasión vaya en detrimento.

Existen diferentes razones por las que las personas buscan tener un amante afuera de la relación. En muchos casos los infieles tienen a los amantes para compensar algo que no encuentran en su propia relación o para intentar lidiar con sus problemas de pareja. Tienen un conflicto A veces las personas dentro de una relación estable buscan a los amantes o tener un affaire para solventar aquellos problemas con los que no pueden lidiar cara a cara. De esta forma, quieren a la pareja de amantes para buscar aquello que no pueden solucionar o encontrar dentro de su relación. Se sienten desesperados En muchas ocasiones las personas buscan esta relación extramatrimonial para lidiar con la desesperación que hay en ellos. A través de tener un amante intentan abordar el problema sin encontrar demasiado consuelo. Buscan satisfacerse sexualmente Son muchos los casos en los que una mujer o un hombre casado vuelve a buscar a su amante para poder satisfacer su deseo sexual.

Muchos hombres son bígamos en secreto, otros tienen una amante cada mes y otros son fieles. De ello hemos charlado con la socióloga Marie-Carmen García, autora del libro ' Amours clandestines ' Ed. Pul , quien nos ha alumbrado sobre la naturaleza y durabilidad de los romances clandestinos. Estas y otras preguntas nos ha respondido la experta tras analizar treinta casos. A través de mi investigación no puedo demostrar que la mayoría de los romances extramatimoniales se produzcan entre hombres casados y mujeres solteras, ya que no es un estudio cuantitativo. De hecho, es raro encontrarse con una romance formado por un macho soltero y una mujer casada. Todo ello tiene una explicación sociológica. Una de ellas es la tradición. En cuanto a ellas, sucede justo lo contrario: hasta finales del siglo XX el adulterio femenino y no el masculino era castigado por la ley; y las mujeres infieles eran juzgadas socialmente.

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