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¿Sólo te importa el físico? Cinco maneras más de ser superficial

Quiero conocer a un 420007

Seré sincero. No creo mucho en las etiquetas del estilo «somos novios». A fin de cuentas, «novios» es solo una palabra que en los tiempos que corren puede decir mucho o puede no decir nada. Sin embargo, sí creo en otra forma de división, y es aquella que separa a las parejas en dos tipos: las que se juntan diciendo «a ver qué sale» y las que se juntan diciendo «deseo que salga»; las que se suben al barco con un pie en la orilla y las que lo hacen arrojando por la borda su retrovisor. Implicación es la palabra. No sé quién te dijo lo contrario. Pero siento decirte que no es así, o no en el mundo real. Te lo diré con suavidad: no vas a enamorarte de nada en lo que no seas capaz de regalar un pedazo de tu corazón.

Apuntado y verificado por la psicóloga Valeria Sabater. Adorno- Amor y enamoramiento Podríamos decir entonces que en lo que se refiere al enamoramiento tenemos un nivel de control bastante bajo. Sin embargo, no es del todo alguien. Tanto es así, que la propia Helen Fisher , conocida antropóloga de la Universidad de Rutgers de New Jersey nos explica algo muy concreto: amor y atracción son dos cosas muy distintas, pueden ir juntas, no hay duda, pero requieren procesos distintos. La atracción es instintiva. Nos baste mucho menos de un segundo para saber si una persona nos atrae o no. Desde la perspectiva budista, el enamoramiento podría definirse como un estado de apego hacia nuestras salidas. Realmente no nos enamoramos de la otra persona, sino de las salidas que nos formamos sobre su faceta de ser y sobre cómo sería nuestra vida a su lado. Sin embargo, cuando la relación sigue y comenzamos a conocer y a aceptar a la otra persona, comienza el amor genuino.

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