Bloque que muestra la firma del editor. POR: J. Manuel Reyes Editor de Salud Una palabra lo cambia todo. Ser sexy puede ser muy subjetivo, depende mucho de los gustos, el tipo de características que te atraen, así como la preferencia por determinada personalidad y físico.
La hembra-madre, razón material e incorporada, se identifica con la naturaleza y semeja la materia prima. El macho-varón semeja a la forma, encierra la plenitud del ser, e intenta ser una razón pura y desincorporada separada de la naturaleza, y necesaria para lijar a la mujer. Axiológicamente, mujer es lo indecente, sucio, moralmente, es el instrumento para hacer caer al hombre en el mal, mientras que el varón es el bien, lo apetitoso, pues fue creado antes que la mujer para significar su superioridad en dignidad y gobierno. Aristóteles en el texto de la Física a, compara la materia prima con la lecho, por la función pasiva y receptora que desempeña, al producir las sustancias naturales en unión de la faceta. La semejanza de la materia y la madre se remonta a los orígenes mismos de la cultura griega. De hecho, tienen la misma germen etimológica; materies, materia, que en latín significa la madera, el bosque, provienen de Mater, madre. Esta ancestral arraigo la retoma Aristóteles cuando afirma que en la generación de las cosas o seres naturales, la materia es la madre. Para precisar el arrepentido de la analogía, recordemos que la materia constituye, con la forma, la sustancia primera o natural. Es un no-ser que puede ser, un anatomía en potencia para recibir formas.
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