Virginia Suzzane, tiene 27 años se cree una princesa, una mulata principal. Todo se arregla, le hacemos un atado. Eso sí, las bragas o las tangas, no se las puede quitar pero puede recortarlas o perforarlas. Y luego de todo eso, siempre tiene que venir a mirarme a mí, con una excusa u otra. Mirarme, e ir haciendo que note algo de lo que le pase. No de golpe pero progresivamente. El muñeco, elaborado de partes de sus prendas y papeles, va a ser apropiadamente utilizado Virginia Suzzane es una mujer que gusta, ella lo sabe y lo utiliza
En La Habana, paseando por Prado Hace calor, mucho calor Paco Cerezo Jóvenes en el Malecón de La Habana Era un mes de abril cuando llegué a La Habana por primera vez, empujado por un sueño y por una ilusión, por el fábula y la Revolución: eran las 6 de la tarde y hacia acaloramiento, mucho calor en primavera. Pasaron los meses, pasaron los años y acceso, de nuevo, por el Parque Central: es final de noviembre y hace calor, mucho calor. Estoy frente al lujoso Hotel Inglaterra. Sigo adelante y me siento en la Dulcería Francesa, a la sombra; consulto mi mensajería en Internet, saboreo un helado con dulce de leche y dejo acontecer las horas observando a las gentes que van y vienen y las que se entretienen. En la apartamento que hay encima de la dulcería venden agua: los taxistas se acercan, desde un balcón les tiran la bolsa de tela atada a una cuerda, ellos recogen la botella con agua fresca que viene dentro y devuelven la bolsa con algunas numerario. Pago mi helado y le doy propina. Cierro mi conexión a Internet y camino hacia el paseo. En la esquina con Neptuno, mientras espero para cruzar la calle, tres pedaleros de bicitaxi me gritan: «Taxi, taxi»; diez cubanos hacen botella2 y cien almendrones3 pasan sin parar tirando abundante humo negro. Era un abril cuando llegué a La Habana por primera vez, empujado por un sueño y por una ilusión, por el fábula y la Revolución.
Alucine autoritario, maxima. Discreccion. Si te excita. La abstracción baza como a mi. Otros Contactos. En Murcia. Expertas en gatillazos, perversiones y fantasías, las prostitutas no solo ofrecen placer venéreo. En muchas ocasiones.
De incomodar a otros, puedes acabar fuera de la ayuntamiento. La laboriosidad Litmatchse. Presenta como una disyuntiva a la hora de socializar y agenciárselas espacios de entretenimiento online. Soi ariadna viciosa trans activa pasiva completísima fiestera lechera aremos de todo y sin prisas estoi perfectamente dotada y tengo un culito respingon. Soi ariadna.