Consejos

El amor de Joy

Sitios web 98329

Luis tarda dos horas en dormirse. Mario sólo quiere jugar a pintarse las uñas, se pone mil gomas y coletas, usa una toalla para simular que tiene el pelo largo y le quita las faldas a su hermana para ponérselas él. En todo caso, que se vista como quiera… en casa. Cuando un bebé nace, el personal sanitario le mira los genitales y, habitualmente, sólo atendiendo a la forma que presentan se le asigna un sexo: niño, si ven un pene y un escroto cerrado, o niña, si ven una vulva. Es muy frecuente que el sexo asignado al nacer coincida con lo que las niñas y niños expresan, cuando a partir de los dos años aproximadamente, empiezan a decir de sí mismos, a través de la palabra o de los juegos. Pero como se trata solo de una coincidencia, en ocasiones no ocurre así. Y en esos momentos, empiezan los líos sobre qué responder y cómo actuar.

Empero que Damon Lindelof, el principal arquitecto de la tortuosa trama de Perdidos junto con J. Abrams, sea un maestro a la hora de ingeniar y diseminar cliffhangers no implica que sea un buen guionista. De acción, Lindelof es un pésimo guionista. Un Rob Liefeld del audiovisual , para entendernos. Los guiones de Damon Lindelof carecen de coherencia interna. La coherencia interna no es un detalle curioso para estudiantes de narrativa: es la piedra de clave de todas las obras de ficción. Perdidos es un ejemplo de libro de incoherencia interna.

La abogada escucha atentamente. AMOR: Queremos actuar un contrato de separación. AMOR: No estamos casados, todavía. JOY: Nos queremos casar mañana. AMOR: Es por ojo.

Leave a Reply

Your email address will not be published.