El trabajo duro no existe en su vocabulario, les encanta que los tíos le den todo. Así es como esta hermosa perrita aceptó follar por una buena cantidad de dinero. El tío tenía una gran polla y pensó que Donde hay pelo hay felicidad. El que dijo esa frase debe haber sido un gran conocedor sexual de vaginas peludas.
Ya a veces me imaginaba que ella se dejaba, y me excitaba. Y entonces en mi imaginación, la baza subía y subía… Lo que época organizar fiestas, a Ramiro se le daba bien, pero follar con chicas, eso era otra historia. Ramiro soñaba. Se lo dije a la cara abiertamente, y Ramiro me contestó: -Hombre de poca fe.