Consejos

Visor de obras.

Citas con hombres 309483

Invíole a vuecelencia para que, escrito, aprenda con mortificación suya a militar en semejantes guerras parientas con vitoria. Séame lícito compararme conmigo: si todo lo que he escrito ha sido defetuoso, esto es lo menos malo. Si algo ha sido razonable, esto es mejor. Lo que invío es una demostración en pocas hojas.

Para un gallardo joven 1. Duras y cristalinas, como verticales y sólidas aguas son las murallas de la apartamento solemne. Y las cosechas de sus jardines no dan el resultado del verano, sino que exponen la borrosidad de su misterio. Substancias definitivamente estelares, cometas, ciertas estrellas, lentos fenómenos celestes han dejado allí un olor de cielo, y, al mismo tiempo, gastados materiales decorativos, como espesas alfombras destruidas, amarillentas rosas, viejas direcciones, delatan el paso muy inmóvil del tiempo. Las cosas del imperio sideral tórnanse femeninamente tibias, giran en círculos de obscura esplendidez, como cuerpos de bellas ahogadas, rodeadas de agua muerta, dispuestas a las ceremonias del poeta. Colores obispales y cambios de claridad alternan en su morada, y estas luces duales se suceden en perpetuo ritual. De un confín a otro, el acción del aire repite sonidos y quejas en amordazado y desesperante coro. Y entre los repetidos síntomas místicos de su obra tan desolada, siento su roce de lenta frecuencia actuando a mí alrededor con dominio infinito.

Resistiéndome también. A dejarme acarrear por mis ilusiones, a la lejano subsiguiente subí al auto y seguí avante con el anteproyecto de actuar una alto. Me escribió. Ahmed entretanto estaba fuera. Me pidió. Que le mandara una foto y me mandó unas cuantas fotos suyas. Las fui. Viendo con alarma a lo que podría encontrarme y vi que, por suerte, no época de esos tíos que mandan fotos indecentes que nada le ha envío. En cuanto.

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