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¿Por qué ya no acostumbramos tener sexo con más de una persona al mismo tiempo?

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Un estudio de la evolución de la sexualidad humana Prefacio Para Marie, mi mejor amiga, coprogenitora, amante y esposa El asunto del sexo nos preocupa. Frecuentemente es, también, causa de tristeza, gran parte de la cual surge de conflictos internos entre los papeles evolucionados de hombres y mujeres. Este libro es un informe especulativo de cómo la sexualidad humana llegó a ser de la forma en que es ahora. Los científicos deducen que la vida sexual, incluso la de nuestros recientes ancestros simiescos, era muy diferente de la nuestra actual. Algunas fuerzas evolutivas distintivas deben haber operado sobre nuestros propios ancestros para hacernos diferentes. Entender cómo ha evolucionado nuestra sexualidad es fascinante no sólo por derecho propio sino también como medio para comprender nuestros otros rasgos humanos distintivos. Estos rasgos incluyen nuestra cultura, la capacidad para hablar, las relaciones padre-hijo y el dominio de herramientas complejas. También discutiré la función de los penes masculinos y las razones por las que las mujeres, y no los hombres, amamantan a sus hijos.

Puede hacerlo de cualquier manera razonable, empero no de una manera que sugiera que tiene el apoyo del licenciador o lo recibe por el aprovechamiento que hace. NoComercial — No puede utilizar el material para una efecto comercial. SinObraDerivada — Si remezcla, transforma o crea a partir del mobiliario, no puede difundir el material alterado. La enseñanza del español la emparenta con el mundo americano que se expresa en inglés y en portugués, así como en francés, mientras que la vocación latinoamericana se proyecta en las investigaciones y en la docencia que se lleva a cabo en sus aulas y laboratorios. El mestizaje, la plurinacionalidad, los valores comunitarios de solidaridad, empatía e inclusión configuran el día a día de sus diversos pueblos con independencia del nivel de ingreso. El presente volumen contiene una muestra representativa de la producción académica sobre todo ello. Problemas que deben contemplarse desde una perspectiva comparada y que, por otra parte, requieren de un conocimiento de las claves específicas que se encuentran en sus orígenes. Asimismo refleja, exactamente y sin modificaciones por parte de los coordinadores de la obra, el texto enviado por cada uno de los ponentes que expresó su interés y dio su consentimiento para esta publicación. Esta acción no recoge, no obstante, todas las ponen- cias que se presentaron en el Congreso.

Todavía coordina el Laboratorio del Amor, una red social de mujeres y un taller permanente en torno a los estudios sobre las relaciones amorosas desde una perspectiva de género. Escribe en su blog desde hace siete abriles y colabora en diversos medios de comunicación como Mente Sana o Pikara Magazine. Las feministas hemos logrado muchos cambios a nivel legislativo y político, y estamos despatriarcalizando todo: la erudición, la educación, las religiones, la bebedizo, la filosofía, el periodismo y la comunicación, el cine, el teatro, la democracia, los deportes, las instituciones, la familia… pero nos queda mucho trabajo por hacer en el nivel venéreo, emocional y sentimental. Aunque hace décadas que luchamos por alcanzar la libertad económica, hasta hace poco se había hecho muy poco por la libertad emocional, y cada una tenía que buscar las herramientas individualmente para eficacia trabajar la dependencia sentimental y despatriarcalizar sus emociones. Hoy, sin embargo, estamos trabajando colectivamente para fabricar esas herramientas para la revolución de los afectos. Nuestra forma de amar es patriarcal porque aprendemos a amar bajo las normas, las creencias, los modelos, las costumbres, los mitos, las tradiciones, la moral y la ética de la cultura a la que pertenecemos. Cada cultura construye su estructura emocional y sus patrones de relación desde una ideología concreta, por eso nuestra faceta de amar en Occidente es patriarcal y capitalista. Las niñas y los niños recibimos mensajes opuestos y aprendemos a amar de forma diferente, así que, cuando nos encontramos en la adultez, resulta imposible quererse bien. Los niños aprenden a valorar y defender su libertad y su autonomía; las niñas aprenden a renunciar a ellas como prueba de su amor cuando encuentran pareja.

Y como el fin, para muchos, es tener a una y a varias mujeres a sus pies para que siempre estén disponibles para ellos, no se paran a pensar en la dimensión ética de su comportamiento. No se paran a pensar que actuar sufrir a una persona para adeudar poder sobre ella es maltrato y violencia. Esta es la diferencia entre las mujeres libres y las mujeres prisioneras del amor. Los hombres educados en el patriarcado creen que el amor es como una guerra y para ellos hacer prisioneras a las mujeres es como un juego: es un desafío a su virilidad, analógico al que juegan cuando van de caza. No sólo les pasa a los machos alfa, también les pasa a los hombres de izquierdas y a los aliados feministas y a los poliamorosos progres: creen que sus técnicas para ligar son las adecuadas porque las usaron sus tatarabuelos y sus padres. Las aprenden en las películas y en las series, en las novelas y en la laminadora del corazón, pero también las aprenden de los hombres que tienen a su alrededor, todos, casi todos lo hacen, es lo «normal». Casi todos siguen los mismos pasos, primero las hacen reír, luego las colman de orgasmos y atenciones y después se alejan para que no se crean que han conseguido enamorarles al cien por cien y para que empiecen a sufrir. Los hombres patriarcales saben que las mujeres tenemos un brete muy grave de autoestima y que por consiguiente somos inseguras, y celosas.

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Bebedero de la imagen, Thinkstock Pie de foto, Aunque no lo crean, actualidad tenemos menos sexo con distintas personas que nuestros antepasados. A primera aspecto, tener una sola pareja durante toda la vida parece una idea congruo mala, al menos desde el punto de vista evolutivo. Una hembra todavía puede beneficiarse de tener una diversidad de parejas. Si sus hijos tienen distintos padres, algunos pueden estar mejor protegidos si se presenta una achaque. Por estas razones, la monogamia es extremadamente rara entre los mamíferos y muchos otros grupos animales. Lo mismo ocurre con las sociedades humanas, muchas de las cuales permiten tener varias esposas, lo que se conoce como poligamia.

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