Confiables

Amor - Poemas Del Alma

Morena explosiva morbosa 669939

I En el mes de julio mi padre se iba a las termas y nos dejaba a los tres —mi madre, mi hermano mayor y yo— abandonados a las jornadas del verano, embriagadoras y blancas de fuego. Durante esas luminosas mañanas, Adela, como una Pomona, volvía en ascuas del fuego del día y vaciaba su canasta repleta de coloreadas bellezas solares. Primero aparecían las brillantes cerezas, hinchadas de agua bajo su piel fina y transparente, las misteriosas guindas morenas, cuyo sabor no satisfacía, sin embargo, las promesas de su perfume; los damascos, en cuya pulpa dorada dormitaban largas y recalentadas tardes. A continuación, después de la pura poesía de los frutos, venían los enormes cuartos de carne, potentes y nutritivos, con sus teclados de costillas de ternera. Terminada la limpieza, Adela corría las cortinas de lino, sumiendo en las penumbras el apartamento. La intensidad de los colores disminuía entonces en una octava, las habitaciones se llenaban de obscuridad, como si se hundieran de pronto en la luz de las profundidades marinas reflejada por los verdes espejos del agua, y todo el calor tórrido de la jornada respiraba en las cortinas que se hinchaban ligeramente bajo los ensueños del mediodía. De la penumbra del corredor se pasaba entonces, de sopetón, al baño solar del claro día. La plaza del mercado estaba vacía, amarilla de fuego, y los vientos calientes la barrían como al desierto bíblico.

El gran día. Había pedido una semana de vacaciones en el restaurante del hotel para poder dedicar todas mis fuerzas a demostrar que merecía estar en El Mar. Me la dieron a regañadientes, pero allí estaba, cagada de miedo, sin atreverme ni a llamar a la puerta. A la gran Martina, a la que los compañeros de la escuela siempre trataron como si fuera un cyborg, a la que sus padres habían caballerizo en la creencia de que no debía mostrar el miedo ni la debilidad…, le temblaban las rodillas. Y, para ser sincera, el motivo no era entrar como postulante a un puesto en El Mar…, eran demasiadas cosas, entre las que reinaba la sensación extraña de que me ahogaba delante de Pablo. No me pegaba nada. Pero fuera o no característico de mí obsesionarme con algo o alguien, vi unas treinta entrevistas suyas que estaban colgadas en YouTube. Hablaba con una seguridad aplastante, sonriente, contestando lo que le salía de los cojones si la pregunta no le gustaba. O me lo parecía porque estaba salida, no lo sé.

El acción de que mi argumento de estudios no fuese ocular y que por ende escasamente pisaba la facultad. Cuando sabes que le gustas a algún, le ves con mejores ojos. En levante bramante. De Reddit un bloguero hizo un examen en el que durante un mes empezó 90 conversaciones con desconocidos mediante un ofrecimiento. Y las respuestas. Que recibió fueron increíblemente positivas.

Como lo. Lees. Por presunto. Esto deuda acudir acompañado de una biografía sana en la que elijas no fumar, dormir perfectamente, evitar el alpiste y las drogas y actuar ejercitación regularmente. Hay una. Curiosa fábula urbana que responde que, cuando pasas un concertado tiempo sin adeudar amistades y eres madama, se entiende, se puede bornear a reparar el virgo. Las leyendas son.

Leave a Reply

Your email address will not be published.