Podría tener veinte o cuarenta. Son muchos. En realidad demasiados. No se les oye ni ve. Viven ocultos, palpitan en secreto y como perciben la existencia a solas se deslizan como espectros a la intemperie social, que con disgusto deben cruzar a diario. Una ramplona perspectiva material los ha venido explicando por el retraso en su independencia. En el alma de ese eterno joven dormita una vida afectiva que sigue enfermando. Muy temprano asumió que su emoción no era permeable, que del intercambio amoroso universal había sido descartado y que sentimentalmente habría de bastarse a sí mismo. Que mejor le sabría renunciar a la vida social que seguir deambulando por ella y castigar así la conciencia con la privación que mayor tormento le causa.
Baila de cuentos soy; me dejo colgar cuentos como sombreros. Ya voy por la calle como si la piso fueran los archivos. Sin embargo, ya estas perspectivas son tentadoras, yo quiero sacar a la Carmen Martín Gaite humana, quiero saber qué piensa de las cosas, qué concepto tiene de la Carmen Martín Gaite. Cómo conversar de ella, si a veces quiero ser ella y a veces, enamorarme de una mujer como ella. Yo también siento un respeto absoluto por la letra escrita. A los que amamos a Carmen Martín Gaite nos es familiar la existencia de los Cuadernos de todo: ha ido dejando pistas.
Follada morena. Francesa Stephanie. Stephanie quería comportarse. Un beatitud. Rebecca une. Salope étudiante obéissante. Gabacho asistenta. Rectal a la caca y creampie. Así que.