Casuales

Mi mejor noche de hotel : Final

Buscar hetero estremecerte 783375

Eso podría deberse a que sus parejas —en relaciones heterosexuales— no priorizan el placer de la mujer durante el sexo. El huidizo orgasmo femenino probablemente no sería tan huidizo si se valorara de forma igualitaria y si los hombres se interesaran en aprender las formas exactas con las que las mujeres llegan al clímax. A continuación puedes leer sus estrategias. Algunos nombres han sido modificados para proteger la privacidad de las fuentes. Sus respuestas se han editado y condensado para favorecer su claridad. Aunque tengo un buen vibrador, al final siempre recurro a mi mano cuando lo necesito. Con la masturbación, suelo preferir un vibrador, con o sin penetración vaginal, o con mi mano.

Ambición estar otra noche contigo Relato publicado originalmente en SexoSinTabues. Lo soñe o fue real, no solo en mi pensamiento sino que tambien en mi vida. Ella era una chica que el conocio hace un tiempo, por aquel entonces ella tenia un galán, aunque su deseo por hacerlo conmigo era claro, sobre todo aquella confusión despues de una cena y una velada agradable, el deseo continuaba alli. Pasaron los años de universidad compartiendo todo tipo de vivencias, aunque yo ya no pude llegar a proponerle de nuevo mis deseos.

En esta historia hay dos, una llevo a la otra…… Esta historia me la contó en una oportunidad una amiga a la que, para admirar su intimidad y anonimato, llamare Rosa. Eso en lo que se refiere a su cuerpo. Después de baza tiempo, Rosa había acabado por acostumbrarse al estilo de vida que tenía con Félix. Un buen día, su cuñada Patricia fue a visitarla. Llegados a un punto, Patricia hizo una pausa y miró fijamente a Rosa. Sexualmente hablando, quiero decir. A Rosa le sorprendió aquella pregunta tan directa y no pudo evitar mostrarse poco incómoda.

Seguían pasando las horas con aquella madama con las que tantas veces había fantaseado lo que estaba ocurriendo en aquel hotel. Así lo hice, dejé de masturbarme para tumbarme en la cama y dejar que fuera ella la que hiciera lo que quisiera conmigo. Ella me preguntó que si me gustaba y asentí con la cabeza. Todo tuyo, conteste, y empezó a darme unos azotes a la par que los mezclaba con acontecer sus manos por mis muslos llegando a tocar mis testículos, me encantaba, era una sensación extraordinaria. Y así fue, empecé a notar como su dedo empezaba a entrar en mí, yo solo podía gemir y estremecerme de gusto, sabía que me gustaba, pero parece que ella también lo estaba disfrutando.

Leave a Reply

Your email address will not be published.